El transporte en oriente antiguo
En 1920, Sir Leonard
Wolley excavó la tumba del rey sumerio Abargi de Ur, que reinó hacia el 2500
a C. y encontró los restos de dos carretas de cuatro ruedas cada una tiradas
por tres bueyes, y carros de batalla tirados por burros asiáticos. Las ruedas,
sólidas, consistían en dos semicírculos unidos y protegidos por cuero y
cubiertas de cobre o bronce.
Al parecer, las
primeras ruedas –las primeras referencias son anterior al 4000 a de C.—estaban
unidas al eje, que giraba con ellas. En tiempo de Abargi las ruedas giraban
separadamente del eje aunque éste se encontraban unidos a la caja: el eje
delantero pivotante tardaría de 20 a 30 siglos en aparecer.
En la navegación
marítima los pueblos chino e hindú fueron conocedores. La tecnología marítima
china fue siempre varios siglos por delante de la occidental y, en la India
se sabía cuáles eran las mejores maderas
para los barcos. Para los viajes por mar se clasificaban en Dirgha, de casco
largo y estrecho, y Unnata, de casco más grande. Además, tenían muy en cuenta
la ergonomía y la comodidad para el viajero.
En Egipto y
Mesopotamia, el transporte que primaba era el fluvial. En la tierra de los
faraones, las canoas y balsas fueron evolucionando a barcos de mayor tamaño. En
Mesopotamia, la balsa de cueros tensados sobre un armazón de madera y la quffa dominaron el transporte
por los ríos. Lo que se buscaba era ligereza para poder transportarlos por
tierra, aguas arriba, mediante animales de carga.
Mesopotamia fue uno de
los lugares donde se desarrolló el carro. La rueda sufrió allí importantes
modificaciones.
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